la
cita fue en el edificio coomeva a las 7:00am, donde nos
encontramos con paula y los demás caminantes de
coomeva, después de un rico refrigerio (detalle muy bueno
de este club) abordamos el bus rumbo a mutata,
llegamos
a las 9:05 am donde los 35 caminantes aprovechamos para
desayunar reforzado y comprar las fruticas y el agua
que llevaríamos en el recorrido.
a las
10:45 al frente de la alcaldía comenzamos el calentamiento
y pudimos observar el movimiento de el pueblo en este domingo y gran
cantidad de campesinos y de indígenas que nos cobraban por
una foto, nos presentaron los guías, entre ellos
un indígena de la comunidad y dos guias locales.
en
medio de el olor de la piña, cultivo tradicional de este municipio,
arrancamos rumbo a nuestro objetivo a eso de las 10:10, primero
cruzamos el puente sobre el río mutata (que belleza
de río desde donde apreciamos todavía en pie
el antiguo puente de un solo carril de cuando la carretera
cuando era mas agreste y destapada, también apreciamos
algunos rastros que dejo la violencia que tanto azoto a
nuestra región desde los 80 hasta hace muy poco.
justo
al frente de la entrada para pavarandò choco nos metimos al
potrero, para iniciar por un sendero que se llamo el camino
industrial o en camino de herradura por donde transitaban arrieros y
mulas cuando no existía la carretera al mar.
todavía quedan
vestigios de ese camino como algunos sectores de camino empedrado y
restos de algunas obras de arquitectura como rastros de puentes,
pozos y encierros que datan de la década de 1.930 aprox.
con
el imponente marco de la serranía de abibe y el calor que
comenzaba a azotar, seguimos por unas suaves colinas de haciendas
ganaderas, luego de salir de esos potreros, descendimos a una pequeña
quebrada llamada la herradura e ingresamos a un extenso
territorio recién talado y ensombrecido por grandes
helechales y pudimos observar como
deforestan día a día la serranía de
abibe.
luego de transitar algunos sombríos y las quebradas seca y la blanquita, atravesamos un humedal matizado por plantas de flores blancas hasta que a las 11:45 llegamos al rió bedò, sitio de almuerzo y de refrescante baño en sus aguas claras y tibias
bedò
es un vocablo indígena que significa rió de maíz,
donde me di un buen chapuzòn, y nos llevaron el almuerzo.
después de
un buen descanso a las 1:45 emprendimos el camino al segundo sector
del recorrido el cual empezó en el lecho de la quebrada
bedocito que desemboca al rió bedo y empezamos a
remontarla monte arriba por su lecho lleno de piedras y de suelo
cascajoso con una corriente suave de cristalinas aguas, este tramo lo
hicimos si acaso 10 de los caminantes, pues por su dificultad muchos
se abstuvieron y lo hicieron por la carretera.
el guía de
raza indígena empezó acá su trabajo (pues era
su territorio) con unas botas de caucho que le llegaban hasta sus
rodillas, coloco un paso infernal en este ascenso, que nos
dejo bastante exhaustos en especial a mi amigo wilson que
era a la primera caminata que asistía.
luego
de esta experiencia a las 3.38 pm luego de casi dos horas de
caminar rió arriba, llegamos a la comunidad, donde pudimos
apreciar la buena infraestructura que les ha hecho el gobierno al
mejorar sus típicas chozas aplicándoles tecnologías mas
modernas y dotando su entorno de casa de la cultura,
auditorio, guardería cafetería etc.
en lo
que yo llamo la apertura a otras culturas, los indígenas se
abrieron a "comercializar su cultura" para conseguir
recursos para su supervivencia abrieron la entrada para particulares
colocando restaurante y almacén de artesanías en
su resguardo.
luego
de haber compartido un poco de su cultura nos regresamos para
apartado muy satisfechos con esta caminata que nos acerco a la
cultura indígena y nos condujo por el antiguo camino de
uraba y me permitió disfrutar de estos ríos y
quebradas de aguas cristalinas y frescas que aun nos quedan en
nuestra región
Tio felicitaciones! Que buena crónica, tienes talento como escritor; y que buen plan esas caminatas.
ResponderEliminarTuto siempre ha tenido es cualidad de cuentero y escritor desde que era un pelao... buena cronica.
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